Aceptando Perder 💖

Aurora Varela
12 jun 2024
2 Min. de lectura

Hablaremos hoy sobre la acción que tiene que haber en las pérdidas que tenemos a lo largo de nuestra vida, puedes perder un ser querido, una mascota, trabajo, competencia, dinero, negocio, oportunidades, etc.

A lo largo de la vida mientras vamos creciendo y vamos avanzando las pérdidas se convierten en grandes lecciones, en donde tienes dos opciones o las aprendes o simplemente las dejas pasar, e inevitablemente van a volver a golpear tu puerta.

El perderte y el perder en la vida van de la mano, porque cuando te pierdes a ti se pierde la esperanza, y cuando tú pierdes la esperanza, pierdes la fe y te cierras a las posibilidades que pueden estar allá afuera tocando tu puerta, puede haber dolor, frustración, enojo, cuestionamientos a nivel mental, pero sobre todo puede haber una desolación profunda, una tristeza que invada tu corazón.

Por otra parte, cuando la esperanza permanece en ti, sabes que detrás de esa pérdida va a haber algo que tú no puedes ver, algo que va más allá de lo que tu mente puede comprender y entonces ahí es donde entra la FE, la fe de decir no sé qué está pasando, y en ese momento hay que tener humildad de reconocer que nosotros no sabemos lo que es mejor.

Perder en la vida se utiliza como una palabra que es catastrófica, cuando en realidad si tú la aprendes a ver desde otro punto de vista puedes sacar un gran provecho de ella,

porque perder conlleva tocar esa oscuridad que muchas veces en la vida se nos da y que lo vemos tan drástico y lo vivimos con emociones tan negativas que no podemos ver que es una gran oportunidad para nosotros.

En la vida cuando pierdes, es permitirte abrazar y tomar de la mano la vulnerabilidad, que muchos de nosotros tenemos que aprender, porque no tenemos otra opción y es que en la vida, cuando ya no tienes nada que perder es cuando sale lo mejor de ti.

Una situación en esta humanidad es que ya nos acostumbramos a decir, bueno pues ya lo perdí y lo reemplazo, no se trata de eso, se trata de que te duela tanto que desde

ahí puedas recrearte, puedas renacer y hagas algo importante en tu vida.

Delégale al Universo a Dios, en lo que tú creas esa perdida, confía en que te va a fortalecer, te hará mejor persona o te dará una oportunidad mejor.

Recuerda siempre, ¡las pérdidas tienen que darte ESPERANZA Y FE!